El elixir de la sanación
La reconexión con nosotros mismos es imprescindible, respetar nuestros procesos es necesario. Cuando me encuentro en consulta con personas que buscan racionalizar todo lo que les pasa, que buscan soluciones rápidas, que dicen “ok, ya sé que me pasa ¿ahora qué hago, cómo?”, esperando recetas unificadas y eficaces, intento llevarlos a una comprensión más profunda de su ser como humanos. No somos máquinas, nuestros procesos internos llevan tiempo, necesitan espacio para integrarse, macerar cierta información, dejar que decante. Cuando hemos pasado el suficiente tiempo habituados a estar desconectados de nuestro ser, de lo que queremos, deseamos, sentimos, anhelamos, necesitamos, el viaje al mundo interior requiere de paciencia y compasión. No estamos rotos ni fallados, no necesitamos una cura, no existe una pastilla que calme nuestra sed existencial de conexión con nosotros mismos y con los demás. Necesitamos dejar de creer que tenemos algo malo, que pedir ayuda es de débiles, que ser vulnerable ante otros es peligroso, dejar de ver al otro como un enemigo.
Las herramientas que manejo en mi espacio terapéutico, son eso, HERRAMIENTAS. Las utilizo y las enseño porque considero que nos van permitiendo conocernos, reconectarnos, descubrirnos. Y que en ese proceso nos traen alivio, bienestar, amor. Aunque en el transcurso muchas veces duela, nos enoja o nos frustra. Perder el miedo a las emociones es necesario para atravesar el camino del héroe. Encontrarnos con todas nuestras facetas y abandonar la fantasía de que la vida es fácil. La vida puede ser mucho más simple, fluida y suave si lo permitimos. Pero de ninguna manera evitaremos el dolor. De hecho considero que estamos tan obsesionados por evitar el dolor que terminamos viviendo a la defensiva, con los ojos puestos en los supuestos enemigos (un otro, un trabajo, una experiencia, la propia historia).
El espacio terapéutico, al menos del modo en que lo veo y lo vivencio, busca ser un lugar seguro donde conocernos y aprender otras formas de gestionar y desandar aquello que nos pasa y nos pesa. La intención es buscar nuevas y creativas formas de crear una existencia más liviana y placentera. Y cada cual es su propio artista y artesano y tiene la posibilidad de experimentar con distintas herramientas y hacer de ellas su propio elixir.
Por eso mi objetivo como terapeuta es ingresar al mundo interno de mis consultantes, para comprenderlos y desde su vivencia y experiencia ofrecerles herramientas que puedan llevarse y probar, moldear, experimentar, recrear y si es necesario, descartar.
La biodescodificación nos ayuda a reconectar con nuestro cuerpo y sabiduría interior, aprender a escucharlo y decodificar sus mensajes.
La psicología nos ayuda a entender nuestras sombras, máscaras, nuestras defensas, resignificar nuestra historia para conocernos, desde donde actuamos, cómo nos comportamos ante el mundo y antes los demás, como pensamos y entendemos a nosotros mismos.
El Diseño humano nos lleva a comprender nuestra forma única de vivir nuestra energía, nuestro propósito en esta experiencia humana.
La P.N.l nos ayuda a desarmar creencias y a construir otras que nos permitan desarrollarnos, deconstruir nuestras propias jaulas mentales.
En sí mismas estas son todas herramientas de autoconocimiento. En su conjunto nos permiten conocernos como seres integrales, como un TODO integrado por cuerpo, alma, energía y mente. Mi misión consiste en ayudarte a armar tu propia poción, tu propia caja de herramientas, con tiempo, amor y paciencia, entendiendo que este proceso de regreso a vos mismo vale todo tu esfuerzo, amor y energía.